Desafío
La Catedral de Notre Dame –un tesoro de la arquitectura gótica francesa y uno de los símbolos más famosos de París– fue consumida por las llamas el 15 de abril de 2019. Cuando finalmente se extinguió el incendio, la aguja del edificio había colapsado, la mayor parte del techo quedó destruida y las paredes superiores y partes de las bóvedas quedaron gravemente dañadas.
Tras este devastador desastre, el presidente francés Emmanuel Macron prometió reconstruir la catedral y completar muchas de las reparaciones antes de que la ciudad acogiera los Juegos Olímpicos de verano de 2024.
El primer paso en la reconstrucción del techo y la aguja de Notre-Dame fue la fase de seguridad, que comenzó en verano de 2019 y duró hasta noviembre de 2020.
Desde el inicio del proyecto, se seleccionó a los expertos en monitoreo estructural, OSMOS Group, para vigilar las áreas debilitadas de la catedral y garantizar la seguridad de los 60 a 70 trabajadores presentes cada día.
A medida que avanzaban los trabajos, se instaló un andamiaje alrededor de la catedral para restaurar la aguja, se colocaron cubiertas protectoras sobre las bóvedas, se envolvieron las gárgolas y se reforzaron los arbotantes.
En estas condiciones, el uso de sensores cableados rápidamente resultó impracticable. Fue necesario desplegar una nueva tecnología para proporcionar datos confiables en el espacio abarrotado de la iglesia.
Solución
Los equipos del proyecto de OSMOS Group y Senceive combinaron su experiencia y seleccionaron la plataforma FlatMesh™ de Senceive para proporcionar una red mallada confiable de nodos sensores conectados. Construida alrededor de una red de 2,4 GHz, la plataforma FlatMesh™ permite que los datos fluyan sin problemas alrededor de obstrucciones físicas, se auto-reparen si algún elemento resulta dañado y ofrece informes precisos y de alta frecuencia. Además del Gateway celular estándar FlatMesh™, el equipo instaló un segundo Gateway de respaldo para garantizar la continuidad del flujo de datos en caso de una improbable falla del Gateway principal.
Se instalaron un total de 70 sensores de inclinación NanoPlus sobre el extradós de la bóveda. Con un peso de solo 110 g y una altura de 45 mm, los sensores pudieron ser instalados de manera segura y sencilla en la estructura recién estabilizada por técnicos en acceso por cuerda. El equipo utilizó placas de montaje flexibles Senceive FF-T2P30, que permitían fijar los sensores con un mortero de cal a medida que no dañaba las piedras antiguas.
Los cálculos acumulativos permitieron al equipo del proyecto visualizar la convergencia de cada arco en la nave y en las alas del transepto mediante un software especializado. Su estabilidad se comparó con las paredes exteriores no dañadas, que sirvieron como referencia.
Resultado
Los sensores NanoPlus proporcionaron una solución confiable y fácil de instalar cuando las soluciones clásicas cableadas y ópticas no eran una opción viable. El diseño compacto y la capacidad triaxial del NanoPlus los convirtieron en la tecnología perfecta para esta compleja instalación.
Antes y durante este proyecto crítico, los equipos técnicos y de servicio al cliente de Senceive brindaron su experiencia técnica a los equipos de diseño y operación de OSMOS Group para integrar con confianza los sensores inalámbricos en su esquema global de monitoreo. A pesar de la pandemia de COVID-19, se proporcionó soporte remoto para asegurar el éxito de este prestigioso proyecto.
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